Soñaba una doncella que dormía
con un galán que amaba tiernamente,
y que él en todo andaba diligente
y descuido ninguno no tenía.
Ella, aunque mal, al fin se resistía,
diciendo: «¿Qué dirá de mi la gente?».
En efecto cumplió con su accidente,
dando los dos remate a su porfía.
El galán la besaba y abrazaba
con más calor que un encendido leño;
lo dulce a derramar no comenzaba,
cuando se despertó y le dijo al sueño:
«¿Durar un poco más, qué te costaba,
pues para mí era gusto no pequeño?».
Soñaba una doncella que dormía
con un galán que amaba tiernamente;
las bocas juntas, y una y otra frente,
y los brazos al cuello le ceñía.
Soñaba que debajo la tenía
y que el galán andaba diligente,
por aplacar un no se qué accidente;
Y ella, aunque mal, al fin se defendía.
El mozo la apretaba y abrazaba,
con mas ardor que un encendido leño,
hasta que el mismo fuego la abrasaba.
El dulce sueño en ella comenzaba,
cuando al fin despertó y dijo: ¡Ay sueño!
¿Durar un poco más, qué te costaba?
ALATORRE, Antonio, El sueño erótico en la poesía española de los siglos de oro, México, FCE, 2003.
Pero q acaso no son Sonetos d Quevedo
Pero qué acaso no son Sonetos d Quevedo