JUSTA* QUE HIZO TRISTÁN DE ESTÚÑIGA A UNAS MONJAS, PORQUE NO LE QUISIERON POR SERVIDOR NINGUNA DE ELLAS Y ÉL TÚVOSE POR DICHO QUE LO DEJABAN POR SER ÉL DE EDAD DE TREINTA Y CINCO AÑOS, Y DÍCELES ASÍ
Soñaba que vi justar
de noche, que no de día;
era tan grande el sonar
al tiempo del encontrar*
que de lejos bien se oía.
Allegueme por saber
quién era mantenedor*,
y aun por darles a entender
si me querían acoger
allí, para justador.
A voces, que no en secreto,
comenzome de hablar
una de un gesto perfecto:
«Vos tenés un tal defecto
porque no podés justar.
Según es establecido,
por evitar grandes daños,
no puede ser acogido
quien de más tiempo es nacido
de veinte y cinco o treinta años. 20
Daros he consejo sano
y de muy noble compás:
Despedíos de aquí temprano,
santiguaos con vuestra mano,
no volváis cabeza atrás, 25
que, según lo acometido,
contra nuestro vedamiento,
no podréis ser defendido.
Si las guardas* han sentido
vuestro gran atrevimiento, 30
guarneced bien vuestra casa
de buen yeso* y buena fusta,
pues tenéis la bolsa rasa
de buena ropa y de brasa;
no sois ya para esta justa, 35
porque quien ha de justar,
según las ordenanzas,
es cierto que ha de quebrar
y si no le han de matar
de un encuentro cuatro lanzas. 40
Que muchos, sin ser llamados,
son venidos a justar
dispuestos y ataviados,
de finas armas armados,
maestros para encontrar; 45
ponen pena de morir,
si no rompieren doblado,
y, al tiempo del concluir,
ninguno puede cumplir
lo que está capitulado”. 50
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