“SUPER FLUMINA”: CONTRAHECHO
Sobre las aguas de Amor,
donde Amor entra en la mar,
cansado de mi dolor,
me senté, no a descansar,
mas para llorar mejor.
Las lágrimas que caían,
con la fuerza que llevaban,
las entrañas der[r]etían,
las aguas se acrecentaban,
las piedras se entemecían.
Tomando mis instrumentos
temp[l]élos en vuestro nombre,
quise cantar mis tormentos
si cantar pudiera un hombre
tan lleno de pensamientos.
Viendo quen vuestros desvíos
ningún remedio se alcanza,
de los sauces de los ríos,
do colgastes mi [e]speranza,
colg[u]é los órganos míos.
Y yendo con mi cadena,
añadiendo yerro a yerro,
todo me aflige y condena.
En mi cama tendido,
de toca de Holanda coronado,
del cetro tengo olvido;
y cuando he recordado,
no hay contento como
verme acompañado. [sic]
No será pobrecilla
la mesa si de paz es avastada,
y no quien la vajilla
quiere ver concertada
y su mesa de amigos rodeada.
La vida miserable
es estaros a solas fatigando,
y es necedad notable,
pudiendo estar holgando,
estar detrás de un roble imaginando.
Gozaos de vuestro río,
de yedra, de laurel bien coronado,
qu[e] es tocador bien frío
y de aroma d[el]icado;
no [e]scaparéis de amanecer helado.
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