A OTRA QUE VIVÍA DESHONESTAMENTE
Según sois tan visitada
bien será que paséis banco*,
pues que de vuestra posada
nunca negasteis la entrada
a ningún negro ni blanco.
Dícenme que de afirmar
tenéis rozados los codos,
tanto que ya dais lugar
a que no os saben llamar
sino Marica de todos.
Hecha estáis siempre terrero*
blanqueando el albayalde*,
dando vuestro delantero
a los moros por dinero
y a los cristianos de balde,
porque de tan liberal
no miráis en poquedades
y vuestro mejor caudal
es ser gentil orinal
de dos mil frailes y abades.
Y mientras tenéis salud
y no tenéis quién os ladre,
con toda solicitud
os dais bien a la virtud
por el alma de vuestro padre.
Pero como sois tan moza
de más de cincuenta y dos,
mantenéis a toda broza*
cabalgar y ande la loza*,
que para todo hay en vos.
Yo salgo por fiador,
como os veo de tal arte,
que por bondad ni temor
nunca falte el obrador
por vos ni de vuestra parte.
Vuestra deshonestidad
será causa, aunque me tardo
de hacer con brevedad,
que vais de la vecindad
a vivir a San Leonardo*.
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