Sabiendo Pedro Barruecos
que eran idos a la feria
Antón de Herramenteros
y su muger, Maricrespa,
y que dejaban en casa
sola su hija Teresa
para que entre tanto aliñe
el basar y la espetera,
dijo: “Vive Jesucristo”,
con el sombrero de tema,
“que, pues ha de ser mi esposa,
que he de ver si es macho o hembra”.
Y al punto, como hombre macho,
sin más decir, se apareja
sin dejarse nada en casa
de los vestidos de fiesta.
Al fin, todo el aparejo
que tiene lleva de fuera,
porque quiere que su esposa,
quando lo mire, lo vea,
para que en vello conozca
Teresa el mozo que lleva,
y si para sostenella
lleva muy buena hacienda.
Llevaba una espada mohosa,
sin vaina, hecha una sierra,
con un ronco guitarrón
con que hace las gambetas,
y tañendo un Conde Claros,
a casa su amada llega,
y con el bajo empinado
estas razones le atiesta:
“Perdona, Teresa mía,
el mal son de la vihüela,
que juro a San que en el pueblo
hay mucha falta de cuerdas;
las que acaso se hallan,
aunque al parecer son buenas,
están húmedas del tiempo
y por enmedio se quiebran;
y por ser tales las primas,
las segundas y terceras,
solo te traigo una quarta
y dos bordones con ella.
Y pues estamos a solas
y nadie no nos acecha,
tú estás, en tu casa, sola,
baja y ábreme la puerta:
daréte dos mil cosillas
que te traigo de la feria
con que juegues las mañanas
y las noches te entretengas;
y con mi nombre cifrado,
y no cifrado con letras,
entre ellas traigo un joyel
y un barrueco con dos perlas;
también te traigo un estuche
con toda su herramienta,
hasta punzón para ojetes
y pinzas para las cejas,
con un muy rico cordón
más rico que de oro y seda,
con dos botones al cabo
con que se afloja y se aprieta;
y para quando en el prado
apacientes tus ovejas,
te traigo un mazo y dos bolas
con que juegues a la chueca.
Baja, y verás a Barrueco
hecho un gallo con su cresta,
y par Dios que si te tardas
podrás echártelo a cuestas.
Teresa, mira que vengo
cargado como una bestia,
y que el cielo está nublado,
baja presto, no seas necia:
descargaré en el zaguán,
si quieres, antes que llueva,
porque si llueve y me mojo,
por Dios que te quedes seca”.