Décimas a una monja que pretendía el que un sujeto prosiguiese en sus malos intentos le hablase
Nise, a quererte me inclino;
y hace el rigor inhumano
que te quiera yo a lo humano,
que te mire a lo divino.
Pues cuando me determino 5
a pretenderte obligar,
en llegándote a mirar
de manera me arrepiento,
que aun en amar no consiento.
¡Mira que hiciera en pecar! 10
y hace el rigor inhumano
que te quiera yo a lo humano,
que te mire a lo divino.
Pues cuando me determino 5
a pretenderte obligar,
en llegándote a mirar
de manera me arrepiento,
que aun en amar no consiento.
¡Mira que hiciera en pecar! 10
Nise, en mis impulsos yo…
Siempre me han llevado a mí
tras mujer perdida, sí;
tras monja profesa, no.
Nunca el diablo me tentó 15
para lo que a Dios se iguala,
que este fuego que se exhala
más me inclina y me condena
que a una religiosa buena
a una pecadora mala. 20
Siempre me han llevado a mí
tras mujer perdida, sí;
tras monja profesa, no.
Nunca el diablo me tentó 15
para lo que a Dios se iguala,
que este fuego que se exhala
más me inclina y me condena
que a una religiosa buena
a una pecadora mala. 20
Si del esposo peor
teme el cuerdo y el valiente,
¿qué agravio quieres que intente
contra el esposo mejor?
Porque, si alguno en rigor, 25
como a hombre puedo engañar,
mientras llegare a dudar
con recato, amor y modo,
de aquel que lo sabe todo,
¿cómo me podré escapar? 30
teme el cuerdo y el valiente,
¿qué agravio quieres que intente
contra el esposo mejor?
Porque, si alguno en rigor, 25
como a hombre puedo engañar,
mientras llegare a dudar
con recato, amor y modo,
de aquel que lo sabe todo,
¿cómo me podré escapar? 30
Vive, esposa a Dios unida,
aspira a dichosa Palma,
para salvar el alma
salva primero la vida;
que, aunque la juzgues perdida, 35
querrá el cielo poco a poco.
Permita con lo que toco,
porque tu pie estrellas pise,
que un pecador te lo avise
y te lo predique un loco. 40
aspira a dichosa Palma,
para salvar el alma
salva primero la vida;
que, aunque la juzgues perdida, 35
querrá el cielo poco a poco.
Permita con lo que toco,
porque tu pie estrellas pise,
que un pecador te lo avise
y te lo predique un loco. 40
[Sebastián Cornejo]
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