Niña de mis ojos,
que por gloria tienes
crecer mis cuidados
en tus años trece;
traviesa mirabas
al soldado alférez.
¡Mira que te engaña
con sus plumas verdes!
Parécesle bien,
él bien te parece;
alegre le miras,
y él te mira alegre.
¡Mal hayan colores
que quitarte pueden
las de la vergüenza
que con ellas pierdes!
Él es fuerte en armas,
mírasle mil veces,
y cuando le mires
y absorta te quedes,
como eres tierna,
mira no tropieces,
y no te levantes
hasta nueve meses.
Guarda que la caja
y el pífaro suenen,
pues ha de dejarte
cuando no te pienses;
y al fin no es posible,
cuando no le dejes,
que quien mata hombres
regale mujeres.
Al menor enojo
que sin culpa dieres,
desnuda la daga,
te dará mil muertes.
¿A dó quieres ir
caminando siempre,
tú, desconocida,
conociendo gente?
Dormirás en tierra,
comerás a veces,
no estarás mañana
donde agora duermes;
darate una lanza
sobre que te acuestes,
y cuando se canse
te hará que la lleves.
que por gloria tienes
crecer mis cuidados
en tus años trece;
traviesa mirabas
al soldado alférez.
¡Mira que te engaña
con sus plumas verdes!
Parécesle bien,
él bien te parece;
alegre le miras,
y él te mira alegre.
¡Mal hayan colores
que quitarte pueden
las de la vergüenza
que con ellas pierdes!
Él es fuerte en armas,
mírasle mil veces,
y cuando le mires
y absorta te quedes,
como eres tierna,
mira no tropieces,
y no te levantes
hasta nueve meses.
Guarda que la caja
y el pífaro suenen,
pues ha de dejarte
cuando no te pienses;
y al fin no es posible,
cuando no le dejes,
que quien mata hombres
regale mujeres.
Al menor enojo
que sin culpa dieres,
desnuda la daga,
te dará mil muertes.
¿A dó quieres ir
caminando siempre,
tú, desconocida,
conociendo gente?
Dormirás en tierra,
comerás a veces,
no estarás mañana
donde agora duermes;
darate una lanza
sobre que te acuestes,
y cuando se canse
te hará que la lleves.
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