A un tío suyo, porque sabía que dormía con una mora, y envíale unas botas de camino que el tío le había pedido prestadas
Estas botas llevaréis,
perdona que son ruines,
por escusar los botines
moriscos que allá hacéis.
¡Oh, mil años! Yo me espanto.
E[n]mendaos, en malas horas,
que meter armas en moras
es caso de padre santo.
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