Dos galanes pelearon
sobre Costanza una tarde.
Mirad, así Dios os guarde,
para donde lo guardaron.
Si nació la enemistad
de verse un poco apretados,
dos pueden caber holgados
y, aún, tres a necesidad.
Dos galanes pelearon
sobre Costanza una tarde.
Mirad, así Dios os guarde,
para donde lo guardaron.
Si nació la enemistad
de verse un poco apretados,
dos pueden caber holgados
y, aún, tres a necesidad.
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