Caracoles habéis comido
y mal os han hecho,
menester os habéis sangrar
de la bena del pecho.
Dulces caracoles,
sabrosos y bellos,
al coçerse duros,
al comerse tiernos.
En la cazolilla,
con su ajo moreno,
y del pimentón
un polbo de presto.
Con el pan de flor,
esponjado y tierno,
a la niña hacen
no mucho probecho.
Menester os habéis…
Entrose a probarlo,
allá en su aposento,
sirviendo la cama
de mesa para esto.
Como se durmió,
al punto, con ello,
y sorbió más caldo
que una puerca suero.
Y los ba chupando,
y lo que está dentro
no con hierro saca
sino con los dedos.
Menester os habéis.
Todo esto hace
el comer sin tiento,
más de lo que está
su estómago hecho.
Danle tantas bascas
que yo no me atrevo
a sangrarla más,
ni a otros remedios.
Pues, por ser golosa
y tragar, sospecho
que toda la vida
andará con esto.
Menester os habéis…
Bueno es el comer
moderado siendo,
pues le sobra al hombre,
para todo, tiempo.
Y en las noches largas,
allá en el invierno,
donde se calientan,
al calor, los güevos.
Que frescos comidos
ablandan el pecho,
alientan el gusto,
sanan al enfermo.
Menester os habéis…
Esto le decía
Gerardo, riendo,
a Anarda la hermosa,
ángel de los cielos.
deidad soberana,
airoso remedo,
de todo brillante,
de todo compuesto,
primabera alegre,
gracioso embeleco,
por estar muy mala
de solo un encuentro.
Menester os habéis….
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