LETRA
Ábreme, casada,
que es la noche escura,
que no perderás nada
por el abertura.
Deja esos extremos,
y pues tu marido
a la guerra es ido,
las paCes nos demos.
No seas tan honrada
que es grande locura,
que no perderás nada
por el abertura.
Por los muchos lobos
abrir se me debe:
¡ábreme!, que llueve:
mojémonos todos;
no vivas cuitada
en tanta clausura,
que no perderás nada
por el abertura.
Abre tú el portón,
yo abriré el postigo,
pues traigo conmigo
para esta ocasión
la llave dorada
de tu çerradura,
que no perderás nada
por el abertura.
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