A todos tu beldad rigores flecha,
Lisis, con duro y obstinado pecho;
y el que te quiere más, a su despecho,
solo en desdenes hace su cosecha.
Nunca tu beldad al amor pecha
teniendo en la hermosura su derecho;
y cada muerte que, aunque santa, has hecho,
a tus ojos Amor pone por flecha.
Mas, aunque eres capacha y sin empacho,
como a todos a mí me pongas tacha,
solo por adorarte me encapacho.
Y, si tu voluntad bien me despacha,
aunque francisco soy desde muchacho,
fraile tengo de ser de la capacha.
Deja tu comentario