EJEMPLO/S
Una mujer del mundo, entrada en días
y salida de amor por muchas partes,
a las diez de la noche andaba un martes,
buscando, según dijo, a su Macías.
Y como estas marquesas* son las mías,
sin revolver de Sócrates las artes,
jugamos llanamente dos descartes
venciendo de la carne mil porfías.