EJEMPLO/S
1. Sacole a un huerto, tiempo le ofreciendo
y la ocasión; más él, indigno della,
helose, y ella al fin díjole recio:
Limpiadme estas espaldas. Y él diciendo
que limpias las tenía, dijo ella:
Eso será por ser vos un gran necio.
2. Pero más mal hay que suena
que entre Torres y Jimena,
helado de parte a parte,
muerto yace Durandaste
3. Rogábale que se alzase,
y él, aunque ruín, no se ensancha;
ni me responde que sí,
aunque la cabeza baja.
Remití el negocio a prueba
de tus manos, que le halagan;
y tentándole tus dedos,
tus dedos no le tentaban,
lo que le estaba peor
tomó de tus manos blancas,
pues con su calor no ardía
y con su color se helaba.
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