Llena de mucho gozo
[175]
sin mirar que perdiera su alegría
caérsele en el pozo
os diré que hacía
a la orilla del agua estando un día
Bajada la veza*
mas no porque pensase alguna cosa
que le diese tristeza
estaba así gozosa
ajena de cuidado cierta hermosa
Pensaba en que manera
se había hecho de amores tan golosa
la su boca bajara
y en pensar no reposa
y de vérselo suyo deseosa
dice que desvarío
es este o que tan grande sed la mía
que me trae hasta el río
[175v]
mil veces decía
por estar sola allí y sin compañía
Mas viendo que es locura
hablar quien delante no tenía
descubre su abertura
al sol que no veía
la saya alzó que a verselo empedía
Y aunque está sepultada
entre las dos piernas la tal cosa
la mano muy cursada
lo halló harto gozosa
y pagada de ver tan rica cosa
mas la golosa boca
viendo la mano sola sin la cosa
que alla la guía y emboca
con tino la dama hermosa
le dice con voz mansa y amorosa
[176]
dime vida qué es esto
no es del agua del río la sed mía
vámonos de aquí presto
con voz dulce decía
que dentro del alma le salía
El agua que yo quiero
de diez mil hombres ha de ser comprada
y aun con ella dinero
dijo ella admirada
por vos soy yo de tantos requestada
Deseos contento luego
vámonos a casa sin más rensilla
matémonos nuestro fuego
pues solo con pedillas
por vos me dan aljófar y manillas
Por vuestro amor alcanzo
[176v]
mil cosas que no abría por el mío
por un rato que danco*
con vos gano y confío
corpiño saya y manto para el frío
Y antes de levantarme
en señal que de ingrata y entonada
no podéis acusarme
pues no lo soy yo nada
un beso quiero daros ya bajada
y luego con presteza
no viendo donde está la simplezilla
abaja la cabeza
a donde no halla silla
a dalle por estar tan a la orilla
y sin besar su cosa
dio por hacer tan grande desvarío
la vuelta peligrosa
[177]
y como iba con brío
trompicó y de cabeza dio en el río.
[ff. 174v-177r]
Es glosa del soneto “A la orilla del agua estando un día”, de fray Melchor de la Serna.