EJEMPLO/S
Y una moza rastillando
su vellón que le arrastraba
en el suelo, por más blando,
vi que la estaba enclavando
un ciego que le rezaba.
Con los golpes del martillo,
mostraba recio gemir,
y cantaba en tono un grillo:
Si teneis algún castillo
donde nos podamos ir.
Deja tu comentario