EJEMPLO/S
1. –¡Salid de mi casa!
–No puedo, señora.
–¡Salid, en mal hora!
Salí, pues entraste
de fuerza, y de hecho,
mis puertas raspaste
por darme despecho.
2. Mas ¿cómo no ha de opilarla
Si al aguador que la trae
En su casa la descarga?
3. Mostrábadesle a porfía
la casa del alegría,
que es el secreto minero:
todo lo miraba Ñero,
y él de nada se dolía
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