Por bosques y breñas, por montes y llanos,
anda un traidor, con la cruz acuestas.
Las rodillas en tierra, y las manos puestas,
deshace lo hecho de más de diez años,
con cuatro elementos que trae en unos paños, 5
y puestos en cárcel muy honda y obscura,
acaba la vida de la criatura
con voz temerosa y gritos extraños.
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