A DOS RECETAS QUE TROCÓ UN BOTICARIO
Recetó el doctor Ventura
una purga para el cura,
y a un novio, mal apretante,
un jarabe confortante.
Mas trocole cuando menos
el boticario los frenos
y, en vez de salir purgado,
quedó el cura enquillotrado,
tirte afuera.
Y por ponerse en primera,
hizo flux el desposado.
¿Quién habrá que no trasude
si al clérigo considera,
viendo la runfla que espera,
y a donde el naipe le acude?
En la cama se sacude,
más que toro de Jarama,
como fiera herida brama,
y gime como criatura.
Recetó el doctor Ventura, &c.
¡Quién viera la turbación
del novio, casi difunfo,
cuando piensa estar a punto
para leer de ostentación!
Y a ella, con discreción,
de todo su bien privada,
fingir no echar menos nada
de lo que triste procura.
Recetó el doctor Ventura, &c.
Estaba el cura rabioso,
barajando, y enfadado
de que le hubiesen armado
cuando se siente dichoso;
venganza pide furioso,
tan duro en su obstinación
que puesta en comparación
es blanda la piedra dura.
Recetó el doctor Ventura, &c.
El novio, según parece,
pensó con esta receta
despachar una estafeta
poco menos que a las trece;
pero luego desfallece,
porque ha un hora y un dozavo;
hizo mal y por mal cabo
el récipe su figura.
Recetó el doctor Ventura
una purga para el cura, &c.
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