De Adonis el gentil cuerpo desnudo
y Venus con Adonis ingerida.
Él encima, debajo ella tendida,
haciendo de dos lazos solo un nudo.
El mozo, que de andar muy a menudo
tenia la fuerza y la virtud perdida,
con flaca voz y apenas entendida
dijo, cobrando aliento como pudo:
“Abre las piernas más” ¿Qué quieres que abra?”
“Ayúdame, que ya no tengo fuerza”.
El ayudarte más no es culpa mía.
Ella que iba a decir “mi bien, esfuerza”;
perdio el sentido, faltóle la palabra
y, en el “mi bien, quedó la lengua fría.
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